La veda no es otra cosa que el lapso de tiempo que deben darle los pescadores (comerciales o deportivos) al río para que las especies puedan reproducirse a los fines de lograr la sustentabilidad del recurso pesca a través del tiempo…
Cierto también es que hay otros factores que afectan y mucho la cantidad y tamaño de los peces, como la contaminación en todas sus facetas, las represas que eliminaron o atenuaron los ciclos de inundaciones, etc, etc.
Pero hablemos de veda… Los pescadores comerciales, merced al subsidio que recibieron de $850 por estos tres meses de veda, deberían estar inactivos y por ende, el mercado debería estar desabastecido de pescado. De surubí y más aún de dorado, que está prohibido hace más de un año.
Sin embargo, emprendimientos gastronómicos (en el caso de la foto, San Justo; pero no solo allí) promocionan a “plena luz del día” platos a base de dorado y surubí.
Incluso en nuestra ciudad, pescadores deportivos y turistas previenen de haber visto mayoristas o acopiadores de pescado trasladando y vendiendo especies vedadas, e igual actitud en comercios gastronómicos del ramo…
Son espejismos de quienes vuelven de un día al lado del río, con una insolación por las altas temperaturas reinantes en nuestro norte o son realidades que la clase política de nuestra ciudad y nuestra provincia no quieren ver???
Que efecto produce en un turista devolver un dorado, o un surubí (seguramente el único que habrá pescado en todo el año) y que luego se lo sirvan en un comedor como si nada pasara… y aún mas que se le tome el pelo si pregunta diciéndole que es de criadero?
Donde están los controles que se reclaman día a día. Porqué la clase común palpa, ve y denuncia lo que, quienes deben efectuar los controles desconocen???
sábado, 6 de diciembre de 2008
VEDA, LA PALABRA QUE SE CAYO DEL DICCIONARIO…
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