BASTA DE DEPREDACION
Con motivo de varias denuncias de pescadores de Diamante (E. Ríos) y haciéndose eco primero Alberto Andrián y luego la mayoría de los periodistas especializados en medioambiente de la región centro norte del país, decidimos enviar una nota (realizada por Fito Espíndola), con el aval y la corrección de todos. La nota iría dirigida en principio al gobernador entrerriano pero luego se la envió también a las demás provincias del litoral, así como a los concejos deliberantes de Reconquista y Avellaneda de la misma manera que a los legisladores. Esta es la nota completa:
El grupo de periodistas del Litoral, preocupados y ocupados por la crisis sin precedentes que está atravesando el recurso ictícola, tomamos la decisión de hernos eco de la situación que se está viviendo en la localidad de Diamante, provincia de Entre Ríos que ante la bajante del río, los peces (sábalos) al quedar varados o encajonados en los pozos, son presa fácil de los pescadores comerciales, como de los pseudodeportivos, que ante la carencia de controles, estos son sacados del río para su comercialización en cantidades industriales.
Entendemos y así lo queremos manifestar que ha llegado la hora de decir basta a la depredación, al descontrol, a la contaminación, de manifestarles como vemos que los recursos pesqueros se agotan cada vez mas y que las decisiones que se toman para impedir que el sistema colapse, como consecuencia del mal manejo del recurso.
Se debe proteger a la especie sábalo, el llamado pez los pobres que desde el punto de vista biológico es un pez de oro, porque es la base de la cadena trófica, el andamiaje donde se apoya todo el recurso ictícola.
No desconocemos que el sábalo fue muy abundante en todo el sistema del río Paraná, con concentraciones especialmente en la porción inferior del Paraná Medio la parte alta del Parana Inferior.
Como tampoco desconocemos que la pesquería se caracterizó históricamente como artesanal, entendiendo como tal el sistema en el cual las relaciones de producción predominante estaban basadas en las existencia de un trabajador (el pescador), independiente, propietario de los medios de producción (las artes de pesca y la embarcación) y propietario del producto de su trabajo (la pesca).
Pero, (lo percibimos), lamentablemente, este sistema de producción y comercialización comenzó , hace mas de 10 años, a sufrir cambios cada vez mas acelerados, producto de diferentes factores, donde el mas importante -quizás- fue la apertura y ampliacion del mercado externo, provocando un incrementeo en la demanda, lo que generó mayores movimiento de dinero para los acopiadores, estimulando la capitalización que permitió aparecieran medianas y grandes empresas, que se instalaron como frigoríficos exportadores de pescado. Precisamente esta capitalización es lo que permitió que se generen nuevas relaciones de producción, donde el pescador pasó a ser un empleado (si bien informal), perdiendo la propiedad de las artes de pesca, las embarcaciones y dejando de ser dueño de lo que se extrae del río. También vemos y lo queremos manifestar, estas nuevas relaciones productivas, no han significado una mejora para el pescador, sino por el contrario, empeoró, producto de la pérdida del poder adquisitivo que sufrieron y por (tal vez lo mas grave) la precarización laboral. Nosotros hemos sido testigos, y lo manifestamos, de como al pescador, su propia riqueza (el recurso) lo llevó a su actual pobreza.
Así fue que la abundancia del sábalo no resistió las cambios en los sistemas de producción y comercialización alentados por la apertura de los mercados extranjeros para su exportación, tentados por un tipo de cambio favorable en la moneda. Todo esto llevó a que esta y otras especies acompañantes no resistieran la sobreexplotación, con volúmenes anuales que superaban las 40.000 toneladas hasta que recién en el año 2006 la subsecretaría de Pesca Continental, acordó un cupo para la exportación de 12.000 toneladas, pero que actualmente dicha secretaría de la Nación, no dictaminó el cupo para este año 2009, por lo que solicitamos la suspensión total de las exportaciones de pescado, o en su defecto se reduzca al 50% de lo exportado en el 2008, como una muestra palmaria que desde el gobierno se busca una explotación sustentable del recurso.
No se puede seguir con los altos niveles de captura que han caracterizado a las pesquerías en los últimos años, entendemos que no pueden mantenerse en el tiempo, porque nos estamos apropiando de una fracción importante de biomasa de peces incrementando las áreas de explotación y reduciendo las tallas de capturas.
Este escenario -observamos-, se ve agravada si tenemos en cuenta que tanto el nivel hidrométrico y la intensidad y duración de la fase de inundación en los momentos de reproducción (primavera-verano), y en etapas de recríasubsiguientes que son críticas para el éxito de la reproducción ha sido de relativa sequía después del período del niño del año 1998, determinando reclutamientos débiles o nulos, tal como ocurrió en los períodos 2003-2004, 2006, 2007, 2008, 2009, ya que los peces sincronizan su ciclo reproductivo con el ciclo hidrológico.
Teniendo en cuenta que una de las características mas importante de la mayor parte de los peces de la cuenca es su capacidad migratoria, hecho que lo convierte en un hecho interjurisdiccional que no conoce de límites ni fronteras pedimos por lo tanto, se de un tratamiento cuidadoso e integrado de la legislación pesquera en el Litoral, solucionando las asimetrías existentes.
Reiteramos -una vez mas-, que se pare con la depredación del río, que se establezcan políticas de manejo de los recursos pesqueros, pero teniendo en cuenta que este tiene dos grandes capítulos.
El primero tiene que ver con la conservación del recurso, el manejo sustentable (tallas de primera captura, cupos, etc), todo lo que hace a la biología y ecología de la especie.
El segundo con las personas, con la gente y está asociado a la explotación, el dinero y el trabajo.
Por lo que se debe tener en claro una cosa, el segundo capítulo solo tiene razón de sersi existe el primero, porque obviamente no se puede repartir lo que no se tiene.
Por todo lo dicho, solicitamos con urgencia una respuesta por escrito de las medidas que se tomen y cual será el tiempo de aplicación de las mismas. Dichas respuestas serán dadas a conocer en todos los medios de comunicación del país, como así también su omisión o el silencio.
La sobreexplotación del quebracho en los que fue La Forestal, no permitió ver como a la dirigencia de aquel momento el arbol le tapó el bosque, pero nos dejó una enseñanza: de que se deben adoptar los principios precautorios, por lo que ojalá a los responsables de la protección de los recursos pesqueros, -en esta oportunidad- EL PEZ NO LE TAPE EL CARDUMEN.